Morena y Negro ya llevan un mes en su casa de acogida, es decir, en mi casa.
No puedo creer que nadie los quiera... son tan bonachones, cariñosos, juguetones y simpáticos que no puedo creer que nadie les de una segunda oportunidad.
Mientras escribo estas líneas, están jungando al famoso juego de "atrapemos una mosca" : ) y me estoy riendo de las carreras que pegan y de lo graciosos que son... y mi Lola, mi cruce de galga, me mira señorona como diciendo: ¡que crios!
Ella es la que los aguanta, la que les riñe, la que juega con ellos, la que corre detrás de ellos en el parque...
Así que gracias Lola por ser tan genial.
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